relacion con los enojos

Descripción de la publicación.

4/30/20243 min read

El cansancio en las autoinmunes
Y su relación con los enojos.

Escrito por: Lic. Juan Cruz Cúneo
Equipo de Autoinmunes en la Mujer.

La gran mayoría asocia al cansancio y la pérdida de fuerzas, incluso para levantarse, como una falta absoluta de vitalidad, sin encontrar por donde se va ni en qué la han gastado. Muchas mujeres creen, entonces, que tienen un problema anímico, una depresión, un desgano o que “son así”, “débiles” para encarar el día. No saben, porque nadie se los explica que, en realidad, el cansancio obedece a otras cuestiones más cruciales, nucleares diríamos en las autoinmunes.

El cansancio tiene una relación directa con los enojos y las defensas implementadas para contenerlos, anularlos, taparlos, esconderlos o, simplemente, luchar contra ellos por su peligrosidad. El cansancio es un síntoma más, muy presente en muchas autoinmunes, pero no es un “síntoma de la enfermedad”, es la consecuencia lógica de la lucha interna que se produce entre las defensas y los enojos para que estos no salgan hacia el exterior. Que mejor defensa se puede implementar para frenar una fuerza tan poderosa como es el enojo, la bronca o la ira, que la pérdida de energías, ¿no?

Por otro lado, se produce un enorme desgaste, casi imperceptible y muy pocas veces registrado porque está tan naturalizado desde pequeñas que pasa desapercibido. Es el desgaste, la pérdida de energía producto de la lucha entre las defensas y el enojo. Como lo mencionamos arriba, la defensa del control o la contención implica un enorme gasto de energía porque se quiere frenar una fuerza imponente como es el enojo o un estallido de bronca (frente a una injusticia, una situación de conflicto, una pelea, una decepción o simplemente alguien que se olvidó del acuerdo). El dique de contención frena la corriente que baja (o mejor dicho sube) y se genera una tensión, con fricción entre la emoción y la defensa. Esa tensión puede durar horas, incluso mucho más y se siente en el cuerpo, en forma de contracturas, de tensión muscular o incluso ósea. La rigidez con la que se responda va a determinar el desgaste que se siente, la pérdida de vitalidad consecuente.

El cansancio no es un síntoma más de las autoinmunes sino la secuela dejada por el tipo de defensas implementadas para frenar las emociones y, así, preservar al otro en un vínculo. Cuando ese otro debería haber sido el destinatario final de esa emocionalidad, que queda contenida en el cuerpo, frenada por las defensas y desvitalizada hasta perder todas sus fuerzas.

En cambio y de manera paradójica, sabemos que la externalización de esas emociones libera las fuerzas contenidas y lejos de haber cansancio, hay un refortalecimiento que tiene doble mérito, por un lado, dejar salir las fuerzas emocionales que el otro ha despertado y, por otro, fortalecer la defensa de la propia identidad, lo cual además de ser más sano reivindica la propia vida y llena de orgullo cuando se dan cuenta. Esto genera un efecto, uno más, interesante que es la sensación de bienestar que sienten cuando han expresado todo lo que querían, sin tener que gritar, pelear ni irse a dormir con todo el malestar encima, en sus cuerpos. Y el efecto es comprensible y profundo, la fuerza que trae la emoción se drena hacia el exterior, y al no ponerle frenos ni resistencias no hay cansancio, sino todo lo contrario, hay revitalización y orgullo personal, hay reivindicación y un uso más sano de las defensas, por ende, de las energías internas. Y de manera (no sorprendente) el cansancio se va, desaparece.

Por lo cual, si estás sintiendo un cansancio profundo deberías pensar la posibilidad alternativa de no intentar descansar sino de expresar tus emociones guardadas y contenidas, hace días, semanas, meses o años; depende de la profundidad de tu cansancio, depende de cuánta energía has perdido para preservar un vínculo, el que te ha hecho enojar.

Hay síntomas que no son síntomas de una “enfermedad” o cuadro diagnóstico, sino que son las consecuencias de una dinámica interna, autoinmune, que lejos está de ser efectiva para el adecuado manejo de las emociones.

Hay síntomas que no son síntomas y el cansancio es uno de ellos.