los linfocitos byt

Descripción de la publicación.

4/30/20243 min read

TRATAMIENTO ESTRATÉGICO PSICOINMUNOLÓGICO.
Los Linfocitos B y T en tu vida autoinmune.

Escrito por: Lic. Juan Cruz Cúneo
Equipo de Autoinmunes en la Mujer.

Tu sistema inmunológico funciona gracias a los linfocitos B y T, entre muchos otros anticuerpos, pero estos “elementos” son fundamentales a la hora de poner en acción tu sistema inmune. Hemos descubierto la relación directa que hay entre la capacidad de ellos para accionar y tu vida psicoemocional; lo cual nos permite comprender el funcionamiento del sistema psicoinmunológico especialmente en las mujeres con autoinmunes.

Lejos de aceptar que el sistema inmunológico se “confunde” y “ataca al propio cuerpo”, como lo plantea la Medicina tradicional, hemos podido identificar por qué los linfocitos B y T funcionan de “esa manera”. Vamos a explicarte “esa manera” que para los médicos es “confundida”. Los linfocitos se dividen en dos funciones claves, dentro de ser una parte del sistema defensivo del cuerpo y de la identidad. La primera función es la de “reconocimiento” del factor externo, de lo ajeno a uno; y la otra función es la de “acción” frente a ese elemento exógeno que ha entrado en el sistema (sea organismo, identidad, personalidad, mundo propio). Estas funciones orgánicas dependen del desarrollo madurativo lo más óptimo posible del sistema psicoinmunológico, el cual depende del desarrollo madurativo de la persona, de su historia, acontecimientos, traumas, nutrición, estimulación; todo aquello que contribuye de manera sana al desarrollo y crecimiento. Con un ingrediente, que siempre se pasa por alto, que es la diferenciación, tanto de la identidad como del organismo.

Allí es donde la Medicina ubica la “confusión” del sistema inmunológico, donde este equipo ubica un desarrollo que no ha logrado la suficiente diferenciación a lo largo de su crecimiento como para lograr el “mejor reconocimiento” de lo externo y/o desarrollar la mejor estratégica defensiva en respuesta a ese elemento. Esto llevado a lo concreto, no sólo tiene que ver con el bagaje que traemos al nacer sino con el efecto de las experiencias vividas a lo largo de nuestro desarrollo, especialmente durante los primeros años de la infancia.

Ahí ubicamos al vínculo autoinmune y sus consecuencias en la identidad, en el desarrollo de las defensas, en el reconocimiento adecuado de las emociones y su gestión; allí encontramos a la “condición autoinmune” interfiriendo en el desarrollo de las funciones de los linfocitos B y T, en los anticuerpos porque ellos dependen para accionar de manera adecuada (en la identificación del factor agresor, en la medida justa para responder y en la estrategia del sistema inmunológico para accionar). Ahí vemos como la historia y los vínculos hacen estragos en las personas y en sus mundos psicoemocionales y físicos.

Este es el punto central que trabajamos en el Tratamiento Estratégico Psicoinmunológico con el objetivo de aportar a finalizar el óptimo desarrollo de las estrategias defensivas, es decir, terminar de estimular el crecimiento y la maduración de los linfocitos B y T y de todos los anticuerpos del sistema psicoinmunológico, comenzando por las defensas a nivel psicoemocional en el terreno de los vínculos. No es sólo descargar las emociones, como muchas personas dicen, no alcanza con “aceptar lo que me pasa” porque les sigue pasando; es necesario comprender el alcance y la importancia de la maduración del sistema psicoinmune, desde el registro de las emociones hasta la maduración de los linfocitos y de cada anticuerpo, porque somos un todo que responde al mundo que vivimos.

Mientras la Medicina tradicional busca disminuir todo lo posible el accionar del sistema inmunológico desde su premisa que es el factor que ataca al propio organismo por confusión; este equipo plantea la maduración óptima de sus defensas, llevar al punto más álgido de sofisticación, crecimiento y diferenciación al sistema psicoinmunológico para que sepa, cada vez mejor, identificar de qué se tiene que defender y pueda, allí, elaborar la mejor estrategia defensiva, efectiva, precisa y certera sin que haya daño colateral ni la necesidad de desarrollar síntomas.

Los linfocitos B y T actúan en tu vida cotidiana, especialmente si tenes una autoinmune. Y son absolutamente necesarios, esencialmente, cuando tenes una situación de disgusto, enojo, bronca, dolor o miedo; y mucho más cuando esas situaciones se vuelven crónicas y afectan o dañan tu vida diaria, tu mundo emocional, tus relaciones o vínculos y tu valoración. Pero donde más está el daño es en la diferenciación, cuando no sabes si sos vos la responsable, la culpable o es el otro; cuando no podes distinguir si las emociones con las que estás lidiando son tuyas o de quien está enfrente, enojado, agrediéndote o descalificándote.

Sea quien sea.