la sobreempatia
Descripción de la publicación.
La permeabilidad autoinmune también se vulnera desde adentro.
La sobreempatía.
Escrito por: Lic. Juan Cruz Cúneo
Equipo de Autoinmunes en la Mujer.
Ya sabemos que en las mujeres con diagnóstico de autoinmunes las barreras psicoemocionales y las físicas están vulneradas. Una permeabilidad agujereada o que no ha podido desarrollarse por completo está presente, especialmente, en esos aspectos que tienen que ver con el vínculo autoinmune. Pero, siempre hay un pero, no siempre se vulnera desde afuera. Hay algunos aspectos en ellas, las mujeres, que se repiten y uno es la sobreempatia. Muchas no se dan cuenta, creen que es parte de la sensibilidad o que son hipersensibles, otras creen que es parte del contagio emocional o que son frágiles y se “agarran” todo lo que pasa a su alrededor sintiendo que todo (o casi cualquier cosa) las afecta. Pocas tienen en cuenta un recurso muy desarrollado en ellas, tanto que es casi natural, al que nosotros hemos llamado “sobreempatía”.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Aunque hay que advertir porque la definición es muy liviana y se presta a malos entendidos, que ponerse “en el lugar del otro” no implica “vivir lo que el otro vivencia” y mucho menos desdibujarse en esa experiencia. La empatía tiene (o debe) tener un límite, una cuota, una medida porque la falta de empatía ya sabemos a donde conduce, pero el exceso también tiene sus riesgos y muchas personas no lo advierten.
La impermeabilidad de las barreras se vulnera no sólo con la invasión del otro sobre el propio espacio sino cuando uno se sale demasiado de sí para y hacia el otro. El exceso de generosidad, dar hasta lo que uno no tiene, darlo todo por el otro son formas y maneras de la sobreempatía. Cuando la medida de la empatía se excede y la propia identidad se desdibuja. Tiene sus consecuencias y, en las mujeres con autoinmunes, suelen ser muy graves.
Ponerse en el lugar del otro sin salirse uno del propio lugar es la medida justa de la empatía, porque ello permite sentir y percibir aquello que le sucede al otro y entender cómo lo vivencia, sin perder mi propio criterio y mi manera de entender lo que le pasa. La sobreempatía, en las mujeres con autoinmunes, las lleva a desdibujarse por el otro y traerse las emociones ajenas. Con la fuerte consecuencia de tener que procesar y metabolizar las propias emociones y las del otro, lo cual suele activar las defensas autoinmunes. Pero vamos a lo más concreto, cuando esto sucede durante una discusión, la mujer con sobreempatía (naturalizada y por ende no administrada ni elegida) siente el enojo del otro, compra todos sus argumentos y al traérselos a su terreno empieza a dudar de los propios, empieza a cuestionar su planteo. Las defensas, en su condición autoinmune, ya no defienden para afuera, se vuelcan hacia el adentro porque el exceso de empatía (empatizó demasiado) con el otro y todo se da vueltas.
Con la lamentable consecuencia de dudar de sus argumentos, volcar sus defensas contra ella y, además haberse traído las emociones ajenas. La tensión interna se incrementa y van a aparecer los síntomas.
¿Qué ha sucedido? La permeabilidad autoinmune, ya afectada por las irrupciones del afuera, también se ve afectada por salirse del lugar propio. Y en ese intento de “ser buena persona” y “comprensiva”, para evitar los sentimientos de culpa y esa idea de “egoista”; se pone demasiado en los zapatos del otro y se trae sus emociones. Es decir, se trae su enojo y además le termina dando la razón en todo, cuando sabe en su interior que era ella la que estaba enojada y furiosa pero no se lo permite.
EL vínculo autoinmune, la permeabilidad de las barreras y la sobreempatía atentan contra las fronteras de la propia identidad en una mujer con sus defensas activas en una condición autoinmune; por lo cual se generan síntomas, especialmente cuando ella es la que se enoja pero termina teniendo que procesar las broncas propias y las ajenas. Así se vulneran, también, las propias barreras y la permeabilidad autoinmune se hace más permeable.
Ahora, desde adentro.
Los vínculos son complejos y por miedo a ser egoístas, las mujeres con autoinmunes se ponen demasiado del lado del otro.
Se ponen en sus zapatos, aún cuando les aprietan los dedos.