la inflamacion en las autoinmunes
Descripción de la publicación.
La inflamación en las autoinmunes.
¿Una respuesta física a lo emocional?
Escrito por: Lic. Juan Cruz Cúneo
Equipo de Autoinmunes en la Mujer.
Nosotros vamos más allá de la decodificación de los síntomas, te mostramos la manera en que se forman, lo que los constituye, la forma en que reaccionas y respondes a lo que te sucede, porque solo así, comprendiendo la dinámica interna, podrás desarmar, resolver y sanar.
Estamos acostumbrados a tirarle la culpa a “la mente”, cuestionamos su poder como si fuera un ente independiente y nos estamos equivocando. Nos están llevando en una dirección incorrecta. El psiquismo, que es mucho más que la mente o los pensamientos, es nuestra manera de estar constituidos, construidos; es la forma de nuestra identidad e incluye lo emocional, por eso siempre hablamos de lo psicoemocional. La “mente”, como la suelen llamar, no es un ser independiente de nuestro psiquismo, salvo que nos desdoblemos y le demos una autonomía, especialmente cuando hablamos de “la mente” de manera independiente de nosotros.
En el caso de las autoinmunes, el problema se origina en lo emocional pero se produce por la reacción de nuestras defensas y su modo. No alcanza con comprender las emociones que tenemos guardadas, no dichas, no expresadas; debemos entender de qué manera nos defendemos de lo que nos sucede. El efecto de esa interacción con el afuera (los vínculos) es lo emocional, la manera de vivirlas es psicológica; cuando se nos altera es donde aparece “la mente” desordenada. Y ese “desorden” es el que produce las perturbaciones. La inflamación es la respuesta, nuestra respuesta al afuera, sea física, emocional o psicológica o vincular.
La inflamación es la respuesta a algo que rechazamos, sea el cuerpo el que rechaza, sea de manera emocional. Es una respuesta, contiene un mensaje para el afuera y para nosotros mismos. Es un aviso. Se enciende una alarma. Lo que hagamos con esa inflamación, con esa respuesta, con ese aviso le dará forma a nuestra “reacción” y allí es donde todo queda más claro (o confuso).
La respuesta avisa que algo atenta contra la propia identidad. Aunque sea una respuesta física (inflamación) se produce porque la identidad propia reconoce a aquello como ajeno, sea un alimento (gluten), sea una emoción (ajena), sea una agresión (del otro). Se puede inflamar una parte del cuerpo, como también se puede inflamar el mundo emocional y a uno eso que el otro ha dicho o hecho, molesta. Lo que hagamos con esa molestia le va a dar forma a la reacción, allí intervienen las defensas. Esto se da en todo el mundo así, de esta manera. Lo que cambia en una persona con autoinmune es que esas defensas (por su condición y funcionamiento) en vez de reaccionar hacia afuera lo hacen para adentro. Entonces, la emoción queda en el propio mundo. Y al no haber una respuesta hacia afuera, el otro, los otros continúan haciendo lo mismo que “nos molesta”. Entonces esa “molestia” se transforma en enojo, en bronca, en odio si se va profundizando. Es decir, se intensifica cada vez más la inflamación y la reacción frente a ella.
Decodificar los síntomas permite entender y aprender a leer las “respuestas” o “avisos” del cuerpo y del mundo psicoemocional; puede ayudar a comprender la temática de lo involucrado allí donde el cuerpo “responde” y “avisa”, pero no me alcanza para poder tener una mejor “reacción” frente a lo que sucede, interna y externamente. Allí nos hace falta la comprensión de nuestras defensas, un conocimiento personal que nos permita saber por qué reaccionamos así y no de otra manera.
Porque lo que necesitamos cambiar y lo que nos cambia la vida es reaccionar de otra forma, más sana, más en función nuestra, más resolutiva frente a lo que nos sucede. Ya sean las situaciones que originaron la inflamación, como las emociones que ya están dentro, sea el dolor, el enojo, la bronca, la angustia, la desilusión y toda la variedad que existe.
Allí se logra una real comprensión del síntoma y se abre el camino para conocernos más, entendernos y saber qué debemos cambiar para dejar de sufrir.