Exceso de actividad
Descripción de la publicación.
Exceso de actividad cuando hay energía.
La re-acción frente al agotamiento en las autoinmunes.
Escrito por: Lic. Juan Cruz Cúneo
Equipo de Autoinmunes en la Mujer.
Hay un efecto muy particular en las mujeres con autoinmunes que atraviesa a todos los diagnósticos, porque lo hacen todas sin importar cuál sea la sintomatología o la etiqueta que le han puesto los profesionales. Todas apenas tienen un poco de energía salen a despilfarrarla como si no se fuera a agotar o, tal vez, salen a hacer de todo antes que se agote. En ambos casos, el resultado es el mismo. Al día siguiente no se pueden ni mover, les duele cada centímetro del cuerpo. Y no es la autoinmune, es la mala administración de sus energías y la consecuencia de haberse excedido en las actividades, cuando había combustible.
Es una re-acción entendible, porque suelen ser mujeres muy activas e hiperexigentes, entonces no se pueden quedar quietas ni un segundo, salvo que el cuerpo no les permita moverse de ninguna manera. Pero sus mentes, esas mentes que nunca paran, esperan impacientes que llegue el momento en que haya un poco más de energía. Y ahí como un resorte saltan de sus camas para realizar las mil actividades que venían programando antes. Sin medir. Sin cuidar. Sin administrar. Y sin ver que, después, habrá consecuencias. Pero la factura o la cuenta no la pasa la autoinmune, es la propia personalidad.
Y lo repiten una y otra vez.
Parece que no aprenden aunque son plenamente conscientes porque lo verbalizan, pero es más fuerte que ellas. Es una orden directa de la autoexigencia que no para ni siquiera cuando duele el alma. Hay que hacer y seguir haciendo, hay que hacer aunque no se pueda, aunque duela todo el cuerpo. Porque, parece, según ellas, que “hacer” es lo único importante, más que cuidarse a sí mismas. Mucho más que “hacer” despacio y de a poco para que la energía se acumule y no se gaste en doce horas. Y después estén varios días para recuperarse.
Pero hay un motivo de fondo, delicado y complejo, comprensible si se las conoce realmente. Y para ellas es moneda corriente, aunque no todas lo asumen. Estar agotadas en una cama y sin fuerzas les duele, las angustia. Ver pasar los días sin poder hacer lo que acostumbraban las entristece, las apaga, las cuestiona. Porque ellas no son así, son mujeres acostumbradas a hacer de todo y solas, sumamente independientes y autónomas, hiperactivas y siempre van por más. Incansables y ahora se ven agotadas, y no lo pueden comprender. No pueden entender ni aceptar dónde quedó aquella que podía con todo. Y se desmoronan.
Por esto, cuando tienen un poco de energía salen a hacer de todo, para volver a sentirse las que eran. Para volver a ver a aquella que recuerdan de antes de estar en esta situación. La idealizan, la mantienen como un modelo a recuperar, la buscan de manera incansable y se apropian cuando hay un poco de fuerza extra. Pero, a las pocas horas están otra vez agotadas.
Y les duele.
Pero si comprenden que “esa” nunca se ha ido, pero que deben aprender a administrar sus recursos para aliviar los síntomas y las limitaciones; podrán encontrar el camino que tanto buscan, para volver a su actividad, para volver al ritmo de siempre. Pero de una manera distinta, sin costo y sin sacrificarse.
El exceso de actividad responde a una re-acción frente al agotamiento y sus implicancias.
Ustedes también dudan de ustedes mismas, entonces necesitan volver a sentirse intensas como antes.
Este no es el camino, pero hay miles de otros y son más cortos.
Y más efectivos y duraderos.